viernes, septiembre 29, 2006

TODO DESAPARECE
Son tiempos donde todo desaparece.
Los países civilizados desaparecen ciudades y culturas enteras en nombre de Dios… y el petróleo, bombardeando indiscriminadamente sobre blancos civiles.
Las estructuras culturales locales desaparecen en nombre de la globalización que nos ofrece el paraíso a un clic de distancia.
La libertad desaparece aunque la oferta de internet sea infinita, se controlan los lugares y las páginas a visitar y lo que se escribe, desde EEUU a China, por nombrar antípodas.
La rebelión del rock, lo nacido como contracultura para compensar el mainstream consumista al que nos llevan indefectiblemente, desaparece sponzorizada por gaseosas en festivales donde tiene más importancia la presencia de cajeros automáticos, promotoras de celulares y caminatas lunares que la misma música.
La tolerancia hacia distintas expresiones artísticas en estos festivales desaparece en manos de niñatos malcriados que sólo quieren escuchar la melodía de su ringtone, abucheando a las bandas que llevan su música al escenario.
El testigo clave de la condena por Genocidio al comisario Etchecolatz desaparece hace doce días, tal vez advirtiendo a otros testigos para otros juicios.
La primavera de la democracia desaparece en manos de políticos que quieren perpetuarse en el poder con las más bizarras alianzas posibles para que los voten.
Desaparece la esperanza también.
El Vaticano desaparece el poco respeto que quedaba por ellos incitando con frases violentas a repudiar a otras religiones. Me acuerdo de la prédica de Cristo sobre el amor y la tolerancia pero fue hace tanto tiempo… y tantos documentos y Bulas papales.
Desaparecen las fronteras gracias a la tecnología.
Desaparece la libertad de atravesarlas gracias al visado obligatorio para ingresar a ciertos países.
Desaparece la confianza en el vecino, que vendrá a robarte y matarte, según lo que dicen los discursos paranoicos de la t.v.
Por este motivo desaparece la solidaridad.
Pero nosotros permanecemos y seguimos remando, contra viento y marea, para construir un mundo mejor.

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