miércoles, julio 26, 2006

UNDERGROUND
Estos son tiempos indigeribles, donde la palabra poder parece estar posicionada en cada uno de los aspectos de nuestra vida.
Nuestros políticos acumulan poder para manejar los destinos del país.
Quien más poder tiene o acumula es quien puede decidir sobre el destino de los demás, sean compatriotas, compañeros de trabajo o ciudadanos del mundo.
El poder aparece en la prepotencia de las multinacionales que nos imponen consumir tal o cual producto, aunque no sea indispensable.
El poder aparece cuando un país europeo hace un pacto y contrato entre sombras para imponer la construcción de papeleras que arrasarán con el ecosistema del sur del río Uruguay, ahora no hay retroceso al respecto por el fallo del tribunal de La Haya. Cuando se detecte la contaminación irreversible, será valga la redundancia, irreversible.
El poder se ve descaradamente cuando EEUU decide, unilateralmente, salvar al mundo y darle “libertad y democracia” arrasando países de Medio Oriente (en este momento).
El poder se huele, y mal, cuando Israel vuelve a invadir a sus vecinos, ya sojuzgados históricamente por ellos y su aliado incondicional el “eje del bien”, léase Washington, Londres y algún otro oportunista.
La consigna es aplicar el poder, porque para eso lo acumulan, con todo el rigor, generando un genocidio que abarca mujeres, niños, ancianos y algunos soldados libaneses o palestinos. Destruyendo, porque parece que para construir la libertad hay que destruir todo lo que sea diferente, o sea tendremos una “libertad de todos iguales”.
Pero hasta hoy nadie pensó en el poder de la Cultura.
Cultura no sólo es el saber intelectual, sino también la capacidad de aprendizaje y de poder leer la historia y los hechos, aprendiendo de ellos.
A propósito de lecturas, según una nota escrita por un uruguayo a raíz de las papeleras contaminantes (tanto para ellos como para los argentinos) el destacaba que un ciudadano estadounidense consume cien veces más papel que uno uruguayo, pero no lee cien veces más. Esto es, el papel se utiliza para usos suntuarios o de descarte en el norte.
Leo, porque de eso estamos hablando, que Hezbolla ha construído desde el año 2000 en que Líbano fue desocupado por las tropas israelíes, túneles iguales a los que utilizó el vietcong para vencer a los franceses y luego a los norteamericanos en la década del ’60.
Han construído un laberinto subterráneo en todo el sur del Líbano que les permite resistir los bombardeos aéreos y terrestres, además de poder surgir, atacar y escapar en la guerra de guerrillas que tienen que sostener con sus invasores por la desigualdad de fuerzas.
El diario Clarín publica el testimonio de un coronel del vietcong que dice “"Aviones con terrible poder destructivo, helicópteros y artillería controlaban el terreno y el aire. Así que desde 1940 construimos más de 300 kilómetros de túneles en distintos niveles y dimos la batalla desde el subsuelo".
Esto me remite a una nota aparecida hace un par de años cuando guerrilleros afganos volaron tanques norteamericanos con misiles caseros armados con una “receta” que bajaron de internet, para ser más precisos de una página web del ¡Pentágono! Y disparados desde unos carros arrastrados por mulas que llevaban la inscripción “Alá es grande” en su costado.
El poder, ya lo sabemos, enceguece y nos vuelve soberbios.
El poder de la Cultura nos dá capacidad de observación, análisis y aprendizaje.
Los más grandes errores que ha cometido bélicamente EEUU, han sido por no conocer la cultura que invaden, desde Vietnam hasta la actualidad. Por eso a pesar de su trabajo de destrucción nunca pudieron doblegar a Nicaragua, Cuba y a todos esos países de Medio Oriente que nunca aceptaron ese “padrinazgo mafioso” que ofrecen a cambio de ser cómplices de sus incursiones bucaneros.
La historia de la guerra de Afganistán e Irak es el más claro referente de lo que estamos hablando.
Israel se equivocó una vez más al elegir bandos foráneos en lugar de responder a su cultura local y defender la región. También se equivoca al copiar los métodos de sus mentores económicos, el gran país del norte, incluida la falta de lectura de la historia y cultura de sus enemigos.
Ellos pelean por dinero y poder.
La resistencia pelea por la libertad y autonomía, y tienen todo el tiempo del mundo.