LA ILUSION
Nos movemos por este mundo etiquetando todo. El poder, la seguridad, la gloria, la fortaleza, el dinero…
Un pensamiento normal de estas épocas sería “tengo poder, fortaleza física, músculos, dinero, estoy seguro…” y es tan relativo, nos escudamos en los deberes materiales y dejamos un profundo hueco en nuestro interior.
Mientras escarbemos en lo cuantitativo y no exploremos lo cualitativo estaremos buscando a tientas.
Lo sólido es mejor que lo etéreo? Es más duradero?
Lo inamovible, lo fijo, lo duro, no son garantías de nada.
Solamente practicando la compasión (ponerse en el lugar del otro) es que comprenderemos la esencia que nos una y dejaremos de alejarnos de nuestros seres queridos detrás de una ilusión, el deber, el cumplir a rajatabla con mandatos que no son propios.
Pensando en estos conceptos nace “La Ilusión” desde imágenes edilicias estáticas y sólidas hacia la ambigüedad que las envuelve.
Para finalizar unas palabras del Maestro Koshen:”… podemos ver otra dimensión del mundo ordinario, podemos ver que el mundo ordinario en realidad es también extraordinario. Lo que impide a nuestra vida, nuestro mundo ser extraordinario y mágico como el de los niños es justamente esta manera de querer calcularlo todo, llamamos a eso poner etiquetas, entonces tenemos certeza de todo. Cuando encontramos a alguien que nunca vimos, queremos enseguida saber quién es, cuánto gana, que posición social tiene, y entonces sabemos quién es, entonces no hay ningún misterio, no hay ninguna magia. Pero si no sabemos quién es, puede ser cualquiera, puede ser un extraterrestre, puede ser un gran mago, o un hada o no se quién. De hecho hay que ver el mundo como teniendo la posibilidad de ser extraordinario.”