martes, octubre 26, 2010

MI CORRIENTES
Tengo una relación muy especial con la provincia de Corrientes, en especial con Mercedes. Mi mamá nació allí, tengo muchos parientes/amigos y disfruto cada reencuentro.
Un jueves recibo un llamado de José que dice "vamos a la laguna del Iberá, para conocer" yo redoblo la apuesta y le digo vamos a Mercedes y visitamos la laguna...
El viernes definimos el viaje y el sábado estabamos en camino José, Patricia, Cecilia y yo.
Llegar desde Mercedes a la laguna nos llevó más de dos horas para 100 kms. con camino de ripio difícil, cruzándonos con carpinchos grandes como perros ovejero, atropellados por alguna otra camioneta (nosotros tuvimos cuidado todo el tiempo).
Al llegar nos embarcamos en unas lanchas especiales y navegamos una de las siete lagunas a las que puede acceder el hombre por tierra ó agua, las otras 59 sólo pueden visitarse por aire ya que es muy complicado navegar por los esteros.
De allí la primera tanda de imágenes, luego las de la estancia La Ibotí donde paramos 3 días, con tajamares habitados por yacarés, carpinchos, garzas; campos con ovejas, vacas, ñandúes que casi son plaga y vizcachas que sí son plagas y se permite cazarlas.
Corrientes tiene payé dice una canción y es así, tierra de contrastes donde podemos ver fauna casi extinguida y cazadores que marcan las vizcacheras con GPS para encontrarlas de noche...
Siempre vuelvo de allí con energía renovada, con ilusiones y con muy lindos momentos compartidos.
Para compartir con ustedes, las imágenes.





















viernes, octubre 22, 2010

David Lebón
Estaba podando unos árboles en mi jardín cuando llegó el viejo David a tomarse unos mates.
Sin mucho preludio me dice -Juan, nos conocemos hace muchos años, compartimos puntos de vista en cuanto al crecimiento del hombre y sin embargo nunca posteaste un sólo tema mío en tu blog...-
Y tiene razón así que ahora a disfrutar un poco de las letras y música de David Lebón.







sábado, octubre 02, 2010

FUERA DE CAMPO

Una mujer funde su cuerpo con las flores.

Un ángel se detiene en su labor y agobiado de realidad se fuma un porro.

Ella baila sobre la superficie del agua en un acto mágico que remite a una estatua de la libertad quebrada en movimientos.

Mientras decenas de pies saltan ritualmente en Africa al son de tambores.

El quiere volar y arma sus alas de pétalos de flores, cae.

Un ángel nocturno se confunde con las luces de los autos en la autopista.

Otro ángel quiere volar pero sus alas son de neón.

Dos chicos punk se besan y se prometen amor eterno y una muerte joven.

La ofrenda siempre es poca para calmar a los dioses.

Las historias se escurren lejos de nuestra mirada, fuera de campo.